JESÚS MARÍA, AGS.- Un distribuidor de drogas conocido como "El Ropo", que tenía poco tiempo de haber salido del CERESO Aguascalientes, donde estuvo preso por delitos contra la salud, torturó y asesinó a golpes a su hija de solamente 4 años de edad en su domicilio en el municipio de Jesús María debido a que creía que no era de él sino producto de una infidelidad de su esposa.
El sujeto, increíblemente con el apoyo de su mujer, mamá de la menor, inventó a las autoridades que su hija había sido secuestrada y que pese a que pagó su rescate, los plagiarios la mataron y les arrojaron su cadáver al patio de la casa, aunque no creyeron en su historia.
La necropsia que se le practicó a la pequeña víctima reveló las espantosas torturas a las que fue sometida por su progenitor y que iban desde amordazarla, "picarla" con palillos de dientes hasta golpearla con un látigo, entre otras, lo que finalmente le costó la existencia.
"El Ropo" fue identificado como Adolfo Vázquez, de 34 años de edad, que fue detenido al igual que su mujer, María Guadalupe "N".
Los hechos tuvieron lugar en su domicilio, en el 106 de la calle Francisco I. Madero de la colonia Ejidal, en Jesús María.
Las primeras investigaciones realizadas por las autoridades revelaron que "El Ropo" maltrataba a la niña prácticamente desde que nació ya que sospechaba que no era su hija sino producto de una infidelidad de su pareja.
Al parecer, el sujeto también golpeaba a María Guadalupe y a sus otros dos hijos.
Adolfo, adicto y distribuidor de drogas, estuvo preso en el CERESO de la salida a Calvillo, pero tras recuperar su libertad continuó golpeando a su hija.
La noche del lunes 6 de agosto, al encontrarse drogado, volvió a atacar a golpes a la pequeñita hasta que la mató, sin que María Guadalupe se atreviera a intervenir para defender a su hija.
Al ver que ya estaba muerta, los dos estuvieron planeando qué decir a las autoridades para justificar el asesinato.
La mañana del martes 7 reportaron a las autoridades que la niña estaba inconsciente, por lo que al domicilio acudieron policías estatales y municipales de Jesús María así como paramédicos del ISSEA en la ambulancia ECO-336, que la revisaron y confirmaron que ya tenía varias horas de haber fallecido.
A simple vista, le apreciaron huellas de violencia en su cuerpo, por lo que interrogaron a sus padres al respecto y Adolfo les argumentó que la noche del lunes su hija había sido secuestrada por unos sujetos y que pese a que les pagó por su rescate, éstos la mataron y en la madrugada del martes les aventaron su cuerpo al patio.
Los elementos acordonaron el domicilio para cuidar el escenario de los hechos y detuvieron a los padres de la menor de edad ya que no creyeron en su versión.
Posteriormente, al lugar arribaron elementos de la Dirección General de Investigación Pericial, que levantaron el cuerpo de la niña y lo trasladaron al Servicio Médico Forense.
La Fiscalía General del Estado informó que los médicos legistas realizaron el protocolo de feminicidio y encontraron en el cuerpo de la menor múltiples lesiones producidas en diferentes tiempos; como contusiones en varias partes del cuerpo, lesión de mordaza, además de pérdida de piezas dentales.
En la espalda y cara posterior de las piernas le detectaron lesiones lineales de latigazos, lesiones puntiformes en las manos probablemente de palillo de dientes o similar, fractura del maxilar inferior y contusión severa en rostro.
Finalmente, determinaron como causas de muerte traumatismo abdominal penetrante, sepsis abdominal, maltrato infantil y desnutrición moderada.
La propia FGE informó que tras el levantamiento del cadáver de la niña del domicilio mencionado, sus padres fueron llevados a declarar a la Dirección de Seguridad Pública de Jesús María, aunque por la tarde Adolfo se encontraba ya en el complejo del C4, mientras que elementos del Grupo de Homicidios de la Comisaría General de la Policía Ministerial continúan con las investigaciones del caso.
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