* En el 2012 lo golpeó brutalmente y le dejó secuelas irreversibles
AGUASCALIENTES, AGS.- El juez Sexto Penal impuso una sentencia condenatoria de 10 años de prisión en contra de un desquiciado sujeto que le destrozó la vida a su bebé, al que golpeó brutalmente porque no soportaba que estuviera llorando.
Le provocó lesiones de gravedad que le dejaron secuelas irreversibles, ya que está ciego, quedó con parálisis cerebral, presenta convulsiones y tiene problemas para comer y respirar, además de que utiliza silla de ruedas.
El sentenciado es Rosalío Monreal Delgado, actualmente de 33 años de edad, al que el juez encontró responsable por el delito de lesiones dolosas calificadas y por ello le impuso tal pena.
Junto con él había sido detenida su esposa, María de Rosario "N", de 31 años, pero fue dejada en libertad ya que se comprobó que ella no había golpeado al bebé.
Los hechos ocurrieron el jueves 27 de septiembre del 2012 en una casa de la calle Diego Pérez del fraccionamiento Villas de Nuestra Señora de la Asunción.
En ese entonces, el infante contaba con solamente 2 meses de nacido y actualmente tiene un año 15 días de edad.
La noche de ese día, los agentes ministeriales fueron enterados que un bebé acababa de ingresar a la clínica del ISSSTE con huellas de maltrato, por lo que iniciaron una investigación.
Al presentarse en el nosocomio, los doctores les informaron que el bebé se encontraba delicado de salud ya que presentaba un traumatismo craneoencefálico severo (un fuerte golpe en la cabeza), hematomas en las piernas, brazos y en los glúteos, así como un enrojecimiento en el abdomen, por lo que fue atendido en urgencias pediátricas y luego se le pasó a terapia intensiva ya que su vida corría peligro.
En el sitio, los elementos encontraron a Rosalío, que dijo desconocer qué le había pasado a su hijo, pero fue detenido y llevado al edificio de la PME para ser investigado, aunque otros agentes permanecieron en el ISSSTE a esperar el arribo de la madre, que llegó poco después y también fue arrestada.
María del Rosario les dijo que desconocía qué le pasó a su hijo ya que había ido a casa de su mamá a realizar un currículum para su esposo, a quien le dejó a sus dos hijos, uno de 2 años y el bebé de 2 meses de nacido, para que los cuidara.
Al ser interrogado, Rosalío manifestó que tenía problemas con su esposa y que en varias ocasiones ella era quien golpeaba a sus hijos. Que su mujer fue a la casa de su mamá (de ella) y que el bebé estaba en su cuna tomando un biberón, pero que de pronto se desmayó, por lo que trató de reanimarlo y al no conseguirlo solicitó una ambulancia para llevarlo al hospital.
Enterada de la versión de su esposo, María del Rosario dijo a los ministeriales que cuando salió a la casa de su madre sus hijos estaban bien, asegurando que ella nunca les había puesto una mano encima a sus vástagos.
Les comentó que los niños no estaban enfermos, que al bebé lo dejó en su cuna tomando un biberón y que desconocía lo que realmente pasó. Que a las 10 de la noche del jueves recibió una llamada de Rosalío, que le dijo que el bebé estaba muy mal, por lo que regresó a su casa en un taxi y al llegar vio que unos paramédicos lo subían a una ambulancia, informándole que lo trasladarían al ISSSTE.
Tras lo anterior, los agentes volvieron a platicar con Rosalío, que les terminó por confesar que él había agredido a su bebé debido a que comenzó a llorar y esto lo desquició.
Dijo que al no poder callarlo se desesperó, lo tomó del cuerpo y le dio un fuerte golpe en la cabeza con el puño cerrado, pero que con esto el bebé siguió llorando, por lo que le dio otro golpe en la parte de la cadera y lo hizo desvanecer.
Agregó que tras lo anterior acostó al niño en su cuna, pero que al observar que no se movía y respiraba muy raro decidió llevarlo a recibir atención médica.
Los investigadores informaron a María del Rosario de la confesión de su esposo y les comentó que ella, en varias ocasiones, también había sido objeto de agresiones físicas por parte de éste, pero nunca lo había denunciado.
De esta manera, el bebé quedó internado delicado de salud, mientras que su padre fue enviado al CERESO de la salida a Calvillo a disposición del juzgador, que le inició un proceso.
Con el paso de los días, el bebé se fue recuperando de las lesiones sufridas, pero quedó con graves secuelas, mientras que su padre fue enjuiciado y condenado a 10 años de cárcel por lo que le hizo.
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