CIENEGUILLAS, ZAC.- Cuatro reos muertos y varios heridos, fue el saldo que arrojó una sangrienta riña entre internos del CERESO de Cieneguillas la tarde del pasado jueves 18 de octubre, que era día de visita familiar.
Las autoridades estatales confirmaron la gresca y su trágico resultado, pero no precisaron los motivos que originaron la reyerta de los internos.
Los reos que fallecieron fueron identificados como Darío Calderón González, que estaba preso por delitos contra la salud; Diego Abraham Cervantes Carranza; Ricardo Gaytán Lucio y José Luis Martínez Pacheco.
El jueves fue día de visita en el centro de reclusión, por lo que varias familias acudieron a ver a sus parientes y a convivir con ellos unos momentos.
Al finalizar el horario de la visita, a las 5 de la tarde, comenzó la riña campal en la que participaron decenas de internos, que comenzaron a golpearse mutuamente, aunque no se habían precisado las razones que desencadenaron la pelea multitudinaria.
El procurador de Justicia, Arturo Nahle García, dijo que la gresca comenzó a las seis de la tarde, pero los familiares de los reos señalaron que en realidad tuvo su inicio una hora antes, al terminar la visita.
Los parientes de los reos, pese a que ya habían abandonado el CERESO, permanecieron en el exterior debido a que se dieron cuenta de la riña y esperaban que les proporcionaran información sobre lo que sucedía.
Ante la pelea de los detenidos, los custodios intervinieron y tuvieron que solicitar refuerzos para controlarlos, por lo que al sitio acudieron elementos de las Policías Estatal y Federal y efectivos del Ejército Mexicano, lo que alarmó aún más a los familiares, que no sabían con exactitud qué ocurría.
Una vez que la riña fue controlada, se confirmó que inicialmente uno de los internos había muerto (Darío), pero luego dejaron de existir los otros tres, en condiciones bastante extrañas por cierto.
Los familiares de los internos permanecieron fuera del penal hasta después de las 9 de la noche, cuando se les proporcionaron las identidades de los fallecidos.
Tras lo sucedido, de nueva cuenta se hizo un pase de lista y las autoridades del reclusorio optaron por realizar un reacomodo de reos en el interior del CERESO antes de que abandonaran el lugar los policías estatales y federales y los soldados, que esperaron a que se dieran los cambios para evitar otro nuevo desencuentro.
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