ASIENTOS, AGS.- Una parranda acabó con la existencia de un joven minero que después de haber salido de trabajar comenzó a ingerir bebidas embriagantes en su domicilio pero luego salió a pasear en su camioneta, en la que se volcó trágicamente y falleció al instante, la noche del viernes 21 de septiembre sobre el kilómetro 32+800 de la carretera federal número 22 tramo Jarillas-Asientos, en el entronque a la población de San Gil, en la comunidad Plutarco Elías Calles, en el municipio de Asientos.
El finado fue identificado como Edgar de Lira Monreal, contaba con 29 años de edad, fue originario de San Blas, Loreto, Zacatecas, estuvo casado con Angélica Rodríguez Castorena, de 27 años y tuvo su última morada en la calle De la Cruz número 109 en el Barrio de Tepozán, perteneciente a Asientos.
Conducía una camioneta Jeep Grand Cherokee, modelo 2002, color tinto, con placas E334GF de Florida, Estados Unidos.
El viernes, a las tres de la tarde, llegó a su casa después de haber concluido su jornada laboral, por lo que comenzó la ingesta de bebidas embriagantes. Dos horas después, decidió salir e irse en el citado vehículo, sin que le comentara a su esposa Angélica hacia dónde iría.
Las autoridades ministeriales dedujeron que Edgar se fue a pasear y continuó alcoholizándose, por lo que ya por la noche se accidentó.
Alrededor de las 22:00 horas transitaba por la carretera mencionada en dirección de oriente a poniente, haciéndolo a exceso de velocidad, por lo que en determinado momento perdió el control del volante y abandonó la cinta asfáltica, internándose en unas parcelas.
La camioneta se volcó estrepitosamente y en una de las volteretas, el operador salió proyectado de la cabina y quedó tirado en el suelo, afrontando una muerte inmediata.
Instantes después, por el lugar pasó el comandante Juan Carlos Vargas, a bordo de la patrulla 213 de la Policía Municipal de Asientos, que al ver la camioneta volcada decidió acercarse para ver si había víctimas, encontrándola a 70 metros de distancia de la carretera, por lo que solicitó a su base le enviaran una ambulancia.
La Grand Cherokee la encontró con las luces encendidas y el estéreo prendido pero no vio a ninguna persona en el interior, por lo que realizó una búsqueda por la zona y a 20 metros de distancia del vehículo encontró al joven minero tirado en el piso, boca arriba, por lo que comenzó a darle los primeros auxilios.
En esos instantes hicieron acto de presencia los paramédicos del ISSEA en la ambulancia ECO-157, que revisaron al joven y confirmaron que ya había fallecido.
El Ministerio Público se trasladó al sitio para dar fe de los hechos y entre las pertenencias del occiso se encontró una credencial de elector con su nombre, a través de la cual fue identificado, por lo que el comandante Juan Carlos Vargas envió a algunos oficiales a la dirección que aparecía registrada para que verificaran que en ese lugar habitara Edgar.
Al llegar los elementos, fueron recibidos por Angélica, a la que enteraron de lo sucedido y ella les confirmó que la víctima mortal era su esposo Edgar, indicándoles que se había salido desde la tarde y que desconocía qué era lo que estaba haciendo por el lugar del accidente, aunque reconoció que estuvo consumiendo bebidas embriagantes.
Oficiales de la Policía Federal tomaron conocimiento del accidente, agentes del grupo Homicidios realizaron las investigaciones correspondientes y elementos de Servicios Periciales levantaron el cuerpo del minero y lo trasladaron al SEMEFO.
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