AGUASCALIENTES, AGS.- Finalmente falleció la mujer que intentó asesinar a sus dos hijas menores de edad dándoles a ingerir raticida diluido con leche, ya que ella también bebió el veneno con la intención de suicidarse, lo que logró la tarde-noche del martes 11 de septiembre al perecer en el Hospital 1 del Seguro Social.
Sus dos primogénitas seguían internadas en el mismo nosocomio a causa de la severa intoxicación que les ocasionó, y todo porque tenía problemas con su concubino, padre de las niñas.
La Policía Ministerial confirmó que la ahora suicida respondió al nombre de Luz Elena López Castro, que contaba con 22 años de edad y era empleada de una empresa de comida rápida.
Vivió en unión libre con Marco Antonio Reyes Rivas, de 20 años, con el que procreó a las dos niñas, actualmente de 2 años 11 meses de edad y 11 meses de nacida.
La familia habitaba en el edificio 9MF interior 8 del Infonavit Pilar Blanco, escenario de los hechos.
Hacía 3 años, Luz Elena y Marco Antonio iniciaron su relación amorosa, pero empezaron a tener problemas ya que él no trabajaba de manera continua y faltaba el dinero para su manutención.
Incluso, en varias ocasiones Marco Antonio abandonaba el domicilio conyugal para irse a la casa de su madre, aunque luego regresaba con su mujer y las niñas.
En una ocasión, un hermano de la joven, Ramón López Castro, de 39 años, al darse cuenta de los conflictos de la pareja trató de intervenir, pero la propia Luz Elena le pidió que se hiciera a un lado, por lo que así lo hizo.
Sin embargo, los problemas entre la pareja continuaron, por lo que eran frecuentes sus discusiones, además de que llegaron a los golpes.
La última vez que pelearon fue el jueves 6 de septiembre, ya que Luz Elena le reclamó que no le había dado dinero para la manutención de sus hijas.
Al igual que otras veces, se hicieron de palabras y llegaron a los golpes, tras de lo cual Marco Antonio se fue y dejó a su concubina con las niñas.
El lunes 10, alrededor de las 4 de la tarde, la joven empezó a sentirse deprimida por los problemas con su pareja y al estar meditando, según ella, tomó la decisión de ir a comprar raticida a una ferretería para matar a sus hijas y luego suicidarse, ya que pensó que era sería la solución de todo.
Al volver con el veneno, se lo dio a ingerir a su bebé en un biberón con leche, mientras que a la otra niña se lo suministró en un vaso entrenador, igualmente con leche.
Después, ella también ingirió el raticida en un vaso con agua.
Al filo de las seis y media de la tarde, al sentirse mal de salud, le habló por teléfono a su madre María Cristina Castro Rojas, a quien le comentó lo que había hecho.
La mujer de inmediato se trasladó al domicilio de Luz Elena junto con su hija Cristina López Castro y el esposo de ésta, Mauricio, encontrando a la joven y a las dos niñas severamente intoxicadas, por lo que solicitaron ayuda a través de los servicios de emergencia.
Los familiares trasladaron a las niñas al Hospital 1 del IMSS a bordo de un vehículo particular, mientras que Luz Elena fue canalizada al mismo nosocomio en la ambulancia 13 de la Cruz Roja, reportándose que la bebé de 11 meses de nacida era la más delicada de salud.
Sin embargo, la que no logró sobrevivir a la intoxicación que se provocó fue la propia Luz Elena, que falleció el martes 11 alrededor de las 19:00 horas, con lo que consumó su propósito.
El Ministerio Público dio fe de su muerte y elementos de Servicios Periciales levantaron su cuerpo y lo trasladaron al SEMEFO para la práctica de la necropsia.
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