2 de septiembre de 2011

Sólo un catálogo de buenas voluntades y verdades a medias el mensaje presidencial

* Es urgente obligar al primer mandatario a comparecer de nuevo de manera personal ante el Congreso de la Unión

México, D.F.– La senadora priísta por  Aguascalientes, Norma Esparza Herrera consideró que las condiciones por las que atraviesa el país exigen que el Presidente de la República se presente de manera personal, otra vez, ante el Congreso de la Unión para rendir cuentas del estado que guarda la nación y deje el formato de leer un discurso ante un auditorio compuesto principalmente por sus empleados directos –su gabinete- y sus correligionarios partidistas.

Al hacer un recuento del mensaje presentado este viernes por el presidente Calderón Hinojosa con motivo de su V Informe de Gobierno, la senadora aguascalentense condenó que una obligación fundamental del Primer Mandatario de la Nación, como es el informar la realidad del país ante los mexicanos, se haya convertido en un mero un acto protocolario realizado bajo el resguardo y cobijo de los correligionarios.

Recordó la senadora Esparza Herrera que, el pasado 3 de febrero durante el anterior periodo ordinario de sesiones del Senado de la República, presentó una Iniciativa de Ley donde se propone revertir el formato de la presentación del Informe del Presidente, con el mensaje verbal que acompaña al mismo.

“Señalé entonces y enfatizo ahora, que retomar el espíritu del mensaje verbal que el Presidente dirige al Congreso, como a todos los habitantes del país, y que desde años remotos fuera transmitido por radio y televisión a nivel nacional, se traduce en la única vía para muchos mexicanos, de conocer el resultado de la administración pública, por el impacto masivo que implica. Los habitantes de la nación atentos a este evento, conocen por virtud del mismo acto, los posicionamientos de los partidos políticos y desde luego el acto que corola este magno evento, el Informe, lo que pone en contacto inmediato no sólo a los obligados, Ejecutivo y Congreso, sino aún más a la propia ciudadanía, en un marco de civilidad y respeto”.

Lejos de pensar en el mensaje presidencial como el Día del Presidente y una concesión graciosa, es una obligación primigenia la de comparecer de frente a rendir cuentas reales y no sólo enumerar un catálogo de buenas voluntades y verdades a medias, una perorata a la que sólo aplauden aquellos que forman parte de su comparsa.

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