26 de septiembre de 2012

Pistolero intentó asaltar un banco en Las Américas

* Se fue con las manos vacías debido a la intervención de un cliente

 

AGUASCALIENTES, AGS.- Pistola en mano, solitario delincuente pretendió asaltar el Banco del Bajío ubicado en el fraccionamiento Las Américas la tarde del martes 25 de septiembre, pero se fue con las manos vacías gracias a la intervención de un cliente.

El pistolero ya había tomado como rehén a una empleada de la institución y a los demás, junto con los tarjeta-habientes, los tiró al piso, pero antes de dirigirse al área de cajas por el dinero, ingresó un cliente, por lo que pensó que podría ser detenido y decidió abortar el plan.

Aventó a la funcionaria bancaria y enseguida emprendió la huida pie a tierra sin llevarse nada.

El fallido asalto bancario provocó una espectacular movilización de elementos de las Policías Preventiva y Ministerial, pero no lograron detener al delincuente.

El frustrado asalta-bancos era robusto, moreno, como de 40 a 45 años de edad y vestía un pantalón azul de mezclilla y camisa gris, además de que llevaba un cubre-bocas quirúrgico, con el que se cubrió parte del rostro.

El BanBajío está ubicado en la avenida Las Américas y la calle República de Perú, en el fraccionamiento Las Américas.

Eran las 13:45 horas cuando el sujeto ingresó al banco fingiendo ser un cliente como cualquier otro.

Dentro de la institución se encontraban el gerente, Gustavo Muñoz Altamirano, varios empleados y clientes.

Ya dentro del banco, el sujeto se colocó el cubre-bocas para taparse la mitad de la cara, dejando al descubierto solamente los ojos, sacando a relucir un arma de fuego corta.

El tipo sorprendió a una de las empleadas, Adriana Macías Amézquita, de 44 años, a la que amagó con la pistola y prácticamente la tomó de rehén.

Gritó que se trataba de un asalto y les ordenó a todos que se tiraran al piso, por lo que al verlo armado y con la empleada sometida, de inmediato obedecieron.

El gerente también se acostó en el suelo.

En esos precisos instantes, al banco ingresó un cliente, que se sorprendió ante la escena que tuvo a la vista: un sujeto embozado y armado con una empleada como rehén y al demás personal tirado en el suelo.

Lógicamente de inmediato sospechó lo que estaba sucediendo y así como ingresó, rápidamente abandonó el lugar.

El asaltante bancario observó al testigo entrar y salir y no pudo hacer nada por impedirlo, por lo que temió que éste daría parte a las autoridades y sería detenido.

Entonces, soltó a la empleada y optó por darse a la fuga, abandonando también la institución y echándose a correr sobre la avenida Las Américas, hacia el norte.

Ni tiempo tuvo de acercarse a las cajas, por lo que se fue con las manos vacías y frustrado por no haber consumado el asalto, pese a que ya había logrado lo más difícil, que era hacerse del control de la situación al interior del banco.

Tras la huida del ladrón, el personal del banco, hasta entonces, reportó lo sucedido a las autoridades y al sitio no tardaron en llegar policías preventivos y agentes ministeriales, a quienes les narraron lo sucedido.

A continuación, se desarrolló un intenso operativo para tratar de ubicar al asaltante bancario, pero no lograron localizarlo.

Paramédicos de la Cruz Roja, en la ambulancia 14, también acudieron al banco y se encargaron de brindar los primeros auxilios a la empleada que fue tomada como rehén, ya que sufrió una comprensible crisis nerviosa, aunque no ameritó ser hospitalizada.

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