* Ambos trabajaban para "La Oficina" y dos sicarios los balearon mientras lavaban su coche; resultaron lesionados y los agresores huyeron
AGUASCALIENTES, AGS.- Como otra prueba m s de la inseguridad que se vive en toda la entidad, aunque las autoridades no lo quieran reconocer, dos sicarios pretendieron ejecutar la noche del sábado 17 de diciembre a los hermanos conocidos como "El Perro" y "El Niñote", integrantes del grupo criminal "La Oficina", a quienes sorprendieron lavando su automóvil en calles del fraccionamiento San Cayetano, aunque solamente los lesionaron al dispararles en varias ocasiones con un arma de fuego calibre 9 milímetros.
No se habían determinado las causas del intento de ejecución, pero de manera extraoficial se informó que, al parecer, los hermanos se cambiaron a otra organización criminal e intentaron eliminarlos por "chapulines".
Los hermanos fueron identificados como José Emmanuel (a) "El Perro", de 27 años y Julio Fabián (a) "El Niñote", de 26 años, de apellidos Espino Reyna y con domicilio en la calle San José número 314 del fraccionamiento San Cayetano.
Ambos habían sido aprehendidos el martes 23 de marzo del 2010 por elementos del Grupo Anti-Secuestros de la Procuraduría de Justicia en las calles Felipe Ruiz de Ch vez y Carlos Sangredo de la colonia Altavista, decomisándoles 170 "piedras" de cocaína, dos "bachichas" de marihuana, dinero en efectivo y dos vehículos, por lo que el juez tercero de distrito les dictó el auto de formal prisión por un delito contra la salud en la modalidad de narcomenudeo en la hipótesis de posesión de clorhidrato de cocaína, pero inexplicablemente ya andaban libres.
Los dos sujetos que los balearon escaparon a bordo de un auto Chrysler Stratus, en color verde botella, modelo -aproximado- 1998 y sin placas, con un signo de pesos en el medallón.
La doble agresión ocurrió alrededor de las 19:30 horas del sábado en las calles San José‚ casi esquina con Santo Tomás.
Los hermanos tenían estacionado su Volkswagen Beetle negro y con placas ADC-70-01 (en el que habían sido detenidos el año pasado fumando marihuana) cerca de su casa ya que lo estaban lavando en compa¤¡a de otros cuatro sujetos, uno de ellos menor de edad.
De pronto, por ese sitio pasaron dos sujetos a bordo del Stratus, pero no les dijeron nada y continuaron su camino.
Instantes después, pasaron por segunda ocasión pero esta vez se detuvieron a mitad de la calle San José.
El copiloto bajó el vidrio de la portezuela derecha y les gritó a los hermanos "hasta aquí llegaron" y abrió fuego en su contra disparándoles en varias ocasiones con una pistola calibre 9 milímetros.
Al escuchar las detonaciones, los cuatro amigos de los hermanos de inmediato se protegieron, uno tirándose al piso y los demás colocándose detrás de una pequeña barda cerca de la banqueta.
Los proyectiles hicieron blanco en la humanidad de Julio Fabián y José Emmanuel, que cayeron al piso, tras de lo cual los agresores se retiraron velozmente.
Los testigos notificaron de lo sucedido a los familiares de los hermanos y solicitaron ayuda a los servicios de emergencia, presentándose en el sitio policías preventivos, que acordonaron la zona, y paramédicos municipales para auxiliar a los agredidos.
A uno de ellos le diagnosticaron cuatro heridas por impacto de bala en tórax y abdomen, por lo que lo canalizaron de urgencia a la clínica del ISSSTE, aunque como no era derechohabiente, fue llevado luego al Hospital Hidalgo.
Al propio HH fue llevado su hermano, que tenía dos balazos también en tórax y abdomen.
En el lugar de los hechos quedaron, regados sobre la calle San José, 10 casquillos y 2 proyectiles deformados.
El VW Beetle quedó con los vidrios de las puertas abajo y en su parte posterior un bote de plástico, que fue utilizado para almacenar el agua con el que fue lavado.
Los uniformados se movilizaron en busca de los agresores con base en la información que de ellos les dieron los testigos, pero no lograron localizarlos.
Posteriormente, a la escena arribaron el Ministerio Público, agentes de la Policía Ministerial y elementos de Servicios Periciales, que se encargaron de las primeras investigaciones y del levantamiento de indicios.
Los hermanos no habían podido rendir declaración sobre los hechos, por lo que se ignoraban las razones por las que intentaron ejecutarlos.
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