· Tenía poco tiempo de haber sido recluido y otro interno lo ayudó a escalar una barda perimetral para huir
· Tras una pronta movilización de policías estatales, municipales y ministeriales, y hasta efectivos del Ejército Mexicano, fue recapturado en la carretera 70 Poniente
· El general Hidalgo Eddy encabezó el operativo, en el que también participó el helicóptero “Aguila Uno”
AGUASCALIENTES, AGS.- De manera increíble, un adolescente conocido como “El Chillón” y/o “El Yiyón” y/o “El Pucheritos”, que es un reincidente delincuente, se fugó hoy (jueves 25 de agosto) del Centro Estatal para el Desarrollo del Adolescente (CEDA), ubicado en la carretera a Los Arquitos, Jesús María, burlando fácilmente la seguridad del lugar al brincar la barda perimetral.
Sin embargo, tras una rápida intervención, elementos de la Policía Estatal lo ubicaron y detuvieron sobre la carretera 70 Poniente, en la salida a Calvillo, en las inmediaciones de la empresa Valle Redondo.
El evadido-recapturado fue identificado como Luis Rodolfo Venegas Alvarez, de 16 años de edad, que cuenta con varios ingresos a las celdas de las Policías Preventiva y Ministerial por diferentes faltas administrativas y delitos, principalmente por robo calificado.
De acuerdo a información obtenida por NOTICIERO EL CIRCO, el miércoles 24 de agosto, “El Pucheritos” (conocido de esta manera ya que cada vez que era detenido hacía “pucheros” y se echaba a llorar”) fue detenido acusado de haber cometido un robo, aunque poco después fue dejado en libertad.
Hoy (jueves) volvió a ser arrestado en el transcurso de la mañana, por lo que se le trasladó al CEDA, al poniente de la ciudad, y fue recluido.
Sin embargo, convenció a otro interno del lugar para que lo ayudara a escapar.
Al filo del mediodía, el otro adolescente (no identificado hasta el momento) lo auxilió para que escalara una de las bardas perimetrales del Centro, de aproximadamente 15 metros de altura, llegando hasta la parte superior.
“El Pucheritos” subió a la malla ciclónica colocada por encima de la barda y luego atravesó una especie de alambrada de púas, por lo que se provocó algunas heridas en el pecho y en los brazos, pero a final de cuentas logró escapar del CEDA.En el momento en que escalaba la barda y la malla ciclónica, como si fuera el “Hombre Araña”, el adolescente fue descubierto por uno de los custodios que se encontraba en una de las torres de control, por lo que de inmediato dio aviso a sus compañeros, aunque no se pudo impedir su fuga.
Una vez que “El Pucheritos” abandonó el centro de reclusión para adolescentes, las autoridades del CEDA reportaron lo sucedido a las corporaciones policíacas para solicitarles su ayuda a fin de ubicarlo y recapturarlo.
Los reportes indicaban que el fugado era un adolescente de 16 años de edad, alto, moreno y que vestía un pantalón café con una franja en color naranja y una playera en color blanco.
Elementos de las Policías Preventiva, Estatal y Ministerial, y hasta efectivos del Ejército Mexicano, se trasladaron al lugar de los hechos y pusieron en marcha un operativo para ubicar al fugado.
Al mismo tiempo, los custodios del CEDA reforzaron la seguridad en el inmueble para evitar otros intentos de huida y las mismas medidas se tomaron en el Cereso para Varones y en el Cereso Femenil.
Incluso, en el Reclusorio para Varones, como era día de visita, las personas que acudieron a ver a sus familiares o amigos fueron retiradas de inmediato como medida de seguridad.
El helicóptero “Aguila Uno” sobrevoló el poniente de la capital y logró ubicar al adolescente fugado, que se escondía entre unos matorrales sobre la carretera 70 Poniente, cerca de la empresa Valle Redondo.
Los policías estatales, por tierra, también lo ubicaron y recapturaron, llevándolo de regreso al CEDA para su nueva reclusión.
El general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, secretario de Seguridad Pública Estatal, encabezó el operativo de búsqueda y recaptura del llamado “El Pucheritos”.
Luego de que volvió a ser internado en el CEDA, se dio parte de su fuga al Ministerio Público para que iniciara una averiguación previa por tal hecho y se investigara quién era el otro interno que le ayudó a escapar.
Ambos, sin duda, tendrán que ser castigados por ello.
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