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El domingo 20, cerca del mediodía, el propietario del taller, Pedro Rodríguez, acudió al taller a dejar un vehículo que iba a arreglar, pero al abrir el portón se dio cuenta que una calera estaba recargada a la pared, imaginando que otra vez había sido víctima de los delincuentes.
Al hacer una revisión, se dio cuenta que una camioneta Nissan Quest, color guinda, de modelo reciente, tenía roto el vidrio de una de las ventanas, ya que los ladrones quisieron robarle el estéreo, estimado en 5 mil pesos.
En una pared del cuarto de herramientas, el ofendido se dio cuenta que los ladrones abrieron un boquete con ayuda de una barra metálica, a través del cual accedieron y se apoderaron de una aspiradora, una caladora, una pistola de calor y una pistola para pintar, todo con un valor de 2 mil 500 pesos.
Hacía dos meses, Pedro ya había recibido la "visita" de los amantes de lo ajeno y ahora otra vez, ya que están aprovechando la nula vigilancia por parte de la Policía Municipal.
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