* Es un requisito para participar en el desarrollo de infraestructura
AGUASCALIENTES, AGS.- El cobro de cuotas discrecionales a los desarrolladores de obra pública está dejando de ser un secreto a voces y pronto deberá convertirse en denuncia ante las autoridades competentes, si es que se quiere terminar con este tipo de corrupción que se da desde las diferentes esferas de Gobierno.
Jaime Randolph Rodríguez, ex presidente del Colegio de Arquitectos, y que ha llegado a ser descalificado por atreverse a diferir de la voz oficial, denunció a La Contra [Portada] que actualmente, tanto en obras públicas del Gobierno del Estado como del Municipio, es un requisito el "amiguismo" o el "compadrazgo" para participar en el desarrollo de infraestructura.
Sin embargo, lo más grave es el cobro de lo que ya se conoce como el "diezmo" de la obra pública, esto es, dar una aportación confidencial a la autoridad responsable de los proyectos, para estar participando en ellos.
"Muy lamentable es, porque tienes que mermar la calidad por costos y dentro de tus costos debes tener un indirecto que le llaman en el gremio el diezmo, tienes que darle algo a alguien el 10 por ciento, si no, no tienes acceso a obra", denunció.
Dijo que este tipo de prácticas, que se han vuelto comunes, sólo desalientan la participación de los constructores en el desarrollo de la obra, porque sin duda, estas "mochadas" afectan la calidad de la obra.
"Muchas veces te piden una cuota mucho mayor. Tú qué dices: bueno, la agarro, sirve de que en los precios atípicos me emparejo… pero no, también en los precios atípicos o de los excedentes de obra que hagas también te piden el 10 por ciento. Hoy la han vuelto una ley no escrita", sostuvo.
Señaló que tales actos de corrupción ya los hizo conocimiento de la autoridad tanto de obras públicas del Estado como del Municipio, sin obtener respuesta alguna.
Jaime Randolph comentó que ante ese panorama, él ha decidido no manejarse en la obra pública, aún y que se encuentra registrado para estar participando en los concursos de licitación.
"Desgraciadamente hay muchos constructores que viven exclusivamente de la obra pública. Entonces esa gente tiene que entrarle, es el pan nuestro de cada día", comentó.
Consideró que el hecho de que el funcionario público exija una partida secreta a los constructores para que se le asigne una obra, está impactando de forma importante la generación de infraestructura.
"Uno como constructor tiene que dejar su obra totalmente garantizada y hasta con fianzas. El que te pide la mochada, el diezmo o la tajada, ese ni siquiera aparece en escena. Son tan descarados que hasta te dicen: yo te doy una factura para que tú cubras eso. Hasta la hacen deducible la pérdida", concluyó.
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