AGUASCALIENTES, AGS.- Un sujeto vestido con traje y corbata consumó un violento asalto en una residencia en el fraccionamiento Santa Elena la mañana del miércoles 19 de septiembre, apoderándose de un lote de alhajas y dinero en efectivo tras de que sorprendió a la empleada doméstica, a la que dejó amarrada de pies y manos.
Tras el robo, policías preventivos y agentes ministeriales desplegaron un intenso operativo para tratar de dar con el delincuente, que escapó a bordo de un automóvil Mazda, pero no lo consiguieron.
El asalto se consumó alrededor de las 10:45 horas en una residencia localizada en la calle República del Salvador casi esquina con Ecuador, en Santa Elena.
La empleada doméstica asaltada resultó ser María Sanjuana Ibarra García, de 31 años y con domicilio en Jesús María.
Se hallaba sola en el inmueble cumpliendo con sus labores cuando de pronto llamaron a la puerta, por lo que salió a ver de quién se trataba.
Al hacerlo, observó a un tipo que vestía traje gris y con corbata, el cual le preguntó por el dueño de la casa, contestándole que no se encontraba.
El sujeto le indicó que le llevaba unos documentos y requería que le firmara unas hojas, por lo que, confiadamente, la fámula abrió la puerta sin medir el peligro que corría.
Esto lo aprovechó el delincuente, que prácticamente se le fue encima a la mujer y le cubrió la boca para que no gritara, tras de lo cual la llevó al interior de casa.
Ahí, la amarró de pies y manos con una extensión telefónica y unas agujetas.
Después, le preguntó dónde guardaba la familia el dinero y las joyas, por lo que le señaló el lugar y el intruso fue a buscarlas, advirtiéndole que no gritara ya que de lo contrario la mataría.
Asustada, la mujer se quedó callada.
El sujeto entró a una de las habitaciones de la casa y tomó un lote de alhajas con un valor de 30 mil pesos y 30 mil pesos en efectivo.
Satisfecho con el botín, se dirigió a la cocina y abrió las llaves del gas para que se escapara e intoxicara a la fámula, después de lo cual emprendió la huida en el Mazda.
Veinte minutos después llegó la hija del dueño de la residencia y encontró las puertas abiertas, lo cual le pareció extraño, por lo que entró pero la fámula le gritó que saliera ya que la acababan de asaltar y temía que el ladrón aún estuviera en la finca.
La joven salió de inmediato y llamó a los servicios de emergencia para pedir ayuda, por lo que al sitio acudieron policías preventivos, que liberaron a la ofendida, confirmaron que el delincuente ya no estaba y procedieron a cerrar las llaves del gas y abrir las ventanas de la casa para que el combustible se evaporara y evitar una posible explosión.
Al sitio acudió un paramédico, que revisó a la víctima ya que presentaba una crisis nerviosa.
Después, arribaron el Ministerio Público, para dar fe de los hechos, y agentes ministeriales, que iniciaron las investigaciones correspondientes.
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