Cortesía Yahoo
Desde que tengo memoria, lo cual cada vez resulta más doloroso, todos los gobernantes de este país, desde el Presidente hasta el edil del municipio más recóndito, se han autoelogiado por su 'capacidad' para crear empleos, ese tema por todos tan temido y cuyo incremento mucha gente conoce por el primo de un amigo y pocas veces en carne propia.
Pero tenía que llegar alguien que sí supiera cómo hacerlo. El presidenciable jefe de gobierno del Distrito Federal ha demostrado que 'chamba sí hay, nomás hay que echarle las ganas' y a la pruebas se remite.
De acuerdo con información publicada por el diario Reforma, la ex embajadora de Honduras y hoy formalmente novia del alcalde capitalino, Rosalinda Bueso, estuvo en la nómina de la administración del DF durante ocho meses del año pasado, con un sueldo mensual de 53 mil pesos.
Los datos los obtuvo el rotativo del mismo portal de transparencia del Gobierno, donde se indica que la próxima primera dama del DF (al menos por dos meses, sí Ebrard cumple su palabra de irse en enero a buscar la silla grande) fue contratada bajo el régimen de "honorarios asimilados a salarios", o sea que ni siquiera tuvo necesidad de dar recibos o facturas ni contratar un contador.
Bueso laboró del 1 de mayo al 31 de diciembre de 2010 bajo un contrato denominado "Programa de control de recursos de aplicación automática por convenios", cuyo nombre es tan claro como explicar cómo un hoyo negro en el espacio se come todo lo que se le acerca, sin saber a donde va a parar todo.
Marcelo Ebrard, que no es de los que se rajan, ya salió a 'aclarar' por qué la futura dueña de sus quincenas (que irónicamente, saldrán de la misma nómina) estuvo adscrita al gobieno del DF.
Según sus palabras recogidas por Reforma, la contratación obedeció a una sugerencia de un grupo de embajadores latinoamericanos, que le expusieron la difícil situación de Rosalinda Bueso a raíz del golpe de Estado que sufrió el gobierno de Manuel Zelaya en Honduras, toda vez que, si la ex diplomática no contaba con un empleo en México, sería obligado el regreso a su país, pues se había mantenido leal al Gobierno constitucional de Honduras.
Y pues accedió. ¡Eso es amor y no tonterías! Aún no se sabe si para ese entonces ya eran pareja y el jefe de gobierno hizo alarde del 'orgullo de su nepotismo' o si en realidad se enamoraron en las ventanillas de recursos humanos cada vez que acudían por sus humildes cheques.
"No tengo nada que ocultar, tanto así, que en el portal del Gobierno aparece su sueldo y adscripción", dijo Ebrard.
Me imagino que para estos momentos ya habrá un fila enorme en Plaza de la Constitución con gente de nacionalidad extranjera con suficientes argumentos de su 'dificil situación' para nominarse a las esferas de la burocracia, más las otras tantas y constantes muchedumbres mexicanas en pleno desempleo, Porque no creemos que ese gesto lo hizo Marcelo Ebrard por simple atracción, no señor, si esas cosas no pasan por estos lados.
Desde que tengo memoria, lo cual cada vez resulta más doloroso, todos los gobernantes de este país, desde el Presidente hasta el edil del municipio más recóndito, se han autoelogiado por su 'capacidad' para crear empleos, ese tema por todos tan temido y cuyo incremento mucha gente conoce por el primo de un amigo y pocas veces en carne propia.
Pero tenía que llegar alguien que sí supiera cómo hacerlo. El presidenciable jefe de gobierno del Distrito Federal ha demostrado que 'chamba sí hay, nomás hay que echarle las ganas' y a la pruebas se remite.
De acuerdo con información publicada por el diario Reforma, la ex embajadora de Honduras y hoy formalmente novia del alcalde capitalino, Rosalinda Bueso, estuvo en la nómina de la administración del DF durante ocho meses del año pasado, con un sueldo mensual de 53 mil pesos.
Los datos los obtuvo el rotativo del mismo portal de transparencia del Gobierno, donde se indica que la próxima primera dama del DF (al menos por dos meses, sí Ebrard cumple su palabra de irse en enero a buscar la silla grande) fue contratada bajo el régimen de "honorarios asimilados a salarios", o sea que ni siquiera tuvo necesidad de dar recibos o facturas ni contratar un contador.
Bueso laboró del 1 de mayo al 31 de diciembre de 2010 bajo un contrato denominado "Programa de control de recursos de aplicación automática por convenios", cuyo nombre es tan claro como explicar cómo un hoyo negro en el espacio se come todo lo que se le acerca, sin saber a donde va a parar todo.
Marcelo Ebrard, que no es de los que se rajan, ya salió a 'aclarar' por qué la futura dueña de sus quincenas (que irónicamente, saldrán de la misma nómina) estuvo adscrita al gobieno del DF.
Según sus palabras recogidas por Reforma, la contratación obedeció a una sugerencia de un grupo de embajadores latinoamericanos, que le expusieron la difícil situación de Rosalinda Bueso a raíz del golpe de Estado que sufrió el gobierno de Manuel Zelaya en Honduras, toda vez que, si la ex diplomática no contaba con un empleo en México, sería obligado el regreso a su país, pues se había mantenido leal al Gobierno constitucional de Honduras.
Y pues accedió. ¡Eso es amor y no tonterías! Aún no se sabe si para ese entonces ya eran pareja y el jefe de gobierno hizo alarde del 'orgullo de su nepotismo' o si en realidad se enamoraron en las ventanillas de recursos humanos cada vez que acudían por sus humildes cheques.
"No tengo nada que ocultar, tanto así, que en el portal del Gobierno aparece su sueldo y adscripción", dijo Ebrard.
Me imagino que para estos momentos ya habrá un fila enorme en Plaza de la Constitución con gente de nacionalidad extranjera con suficientes argumentos de su 'dificil situación' para nominarse a las esferas de la burocracia, más las otras tantas y constantes muchedumbres mexicanas en pleno desempleo, Porque no creemos que ese gesto lo hizo Marcelo Ebrard por simple atracción, no señor, si esas cosas no pasan por estos lados.
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