AGUASCALIENTES, AGS.- Un hombre perdió la vida a causa de una severa intoxicación tras registrarse un incendio en su domicilio en la colonia Insurgentes.
Las causas que originaron el siniestro aún eran investigadas por las autoridades ministeriales, aunque no se descartaba que un corto circuito en el sistema eléctrico lo pudo haber ocasionado.
La víctima mortal fue identificada como Alberto Dávila Dávila, de aproximadamente 45 años de edad y que era pepenador.
La tragedia sucedió en la finca marcada con el número 208 de la calle Luis Moya esquina con Francisco Murguía de la citada colonia Insurgentes.
Al momento de los hechos, Alberto se hallaba en compañía de sus hijos Eduardo y Rafael Dávila Bustos, que lograron sobrevivir.
La noche del viernes 13 de mayo, los tres se retiraron a descansar de manera normal, luego de que Alberto corrió a un amigo de sus hijos debido a que los sorprendió drogándose a los tres dentro de la finca.
Sin embargo, al filo de las cuatro y media de la madrugada ya del sábado 14 comenzó el incendio.
Ninguno de los tres moradores se dio cuenta de la conflagración, por lo que las llamas se extendieron rápidamente y comenzaron a consumir varios objetos.
A causa de lo anterior, inició la emanación del monóxido de carbono (humo negro), que padre e hijos estuvieron inhalando durante varios minutos.
Algunos vecinos de la calle se dieron cuenta del incendio y lo reportaron a los servicios de emergencia, pero como sabían que había moradores en el interior de la finca, accedieron para tratar de auxiliarlos.
De esta manera, encontraron a Alberto, Eduardo y Rafael, a quienes sacaron a la calle y acostaron en la banqueta con apoyo de oficiales de la Policía Estatal, que fueron los primeros que llegaron al sitio.
Momentos después arribaron los bomberos municipales en la unidad UE-39, pero fueron agredidos por algunos de los vecinos ya que consideraron que se tardaron mucho tiempo en llegar a auxiliar a las víctimas.
Los "tragahumo" se encargaron de controlar el incendio y solicitaron la intervención de paramédicos del ISSEA para que atendieran a padre e hijos, arribando instantes después en la ambulancia ECO-341, pero al revisar a Alberto constataron que ya había muerto, al parecer por una intoxicación por la inhalación del humo.
Las autoridades ministeriales acudieron a realizar las primeras investigaciones y trasladaron el cadáver al Servicio Médico Forense para la práctica de la autopsia de ley.
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