AGUASCALIENTES, AGS.- Madre e hijo, líderes de una célula delictiva que operaba en San Luis Potosí, fueron detenidos en esta capital por agentes de la Policía Ministerial de ambas ciudades, ya que en aquella entidad mandaron asesinar a una adolescente de 16 años de edad que trabajaba para ellos y que amenazó con delatar sus actividades ilícitas a las autoridades y aquí se estuvieron escondiendo por varios meses.
Los sospechosos son Rosa María Álvarez Ramos (a) "La Güera", de 41 años, y su hijo Carlos Ignacio Velázquez Álvarez, de 21, ambos con domicilio en la calle Franciscanos número 126 del fraccionamiento Los Frailes, en Rioverde, S.L.P.
La mujer se desempeñaba como líder de un grupo delictivo dedicado a la venta de drogas y aquí fueron capturados en el domicilio marcado con el número 204 de la calle Hermanos Galeana del fraccionamiento Morelos I, donde se ocultaban.
La víctima contaba con 16 años de edad y con domicilio en la comunidad La Palma, en Tamasopo, S.L.P.

El 30 de septiembre, agentes ministeriales potosinos capturaron a los cómplices de "La Güera", el taxista José Porfirio Torres Gutiérrez (a) "El Diablo"; Angélica Martínez Cibrián; Jazmín Selene Reséndiz Martínez, y Sergio Guadalupe Gómez Prieto, todos originarios de Tamaulipas.
Su arresto tuvo lugar en una cantina ubicada a un costado de la carretera federal Valles-Rioverde, en el sector de "La Garrapata", donde tenían su centro de operación para vender droga.
Supuestamente, todos ellos se dedicaban a la venta de drogas y al "cobro de piso", es decir, extorsiones.
En aquel entonces, los cuatro detenidos confesaron ante las autoridades ministeriales trabajar para "La Güera", quien les ordenó golpear, estrangular y matar a la jovencita ya que los amenazó con delatarlos a las autoridades si no la dejaban salir de esa banda.
Indicaron que a finales de agosto habían asesinado a la muchacha, detallando que primero la golpearon y después la ahorcaron, e incluso Porfirio condujo el taxi 479 para trasladar el cuerpo sin vida y arrojarlo en un barranco, a una profundidad de 4 metros, en Miguel Hidalgo.

Madre e hijo fueron llevados a San Luis Potosí y fueron recluidos en el Centro Estatal de Reinserción número 2 de Rioverde, a disposición del Juzgado Primero acusados por los delitos de homicidio calificado, asociación delictuosa y delitos contra la salud.
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