* Los habitantes insisten en negarse en que la línea pase por el municipio; el alcalde realiza gestiones de negociación con la empresa para su desvío
Y podrían conseguir que la línea sea desviada por la empresa encargada de la obra para que no pase por el pueblo, aunque para ésta representaría un gasto extra de varios millones de pesos.
Información obtenida por NOTICIERO EL CIRCO de fuentes confiables permitió conocer que actualmente la obra está detenida, aunque en otros tramos se sigue desarrollando de manera normal.
Los habitantes de Cosío han manifestado su descontento con la construcción de dicho gasoducto, debido a que temen por su seguridad y sus bienes ante un posible desastre.
Es por ello que se han manifestado para impedir la construcción del gasoducto.
Hace unos días, alrededor de 200 personas decidieron manifestarse en la Presidencia Municipal para exigir la suspensión definitiva de la obra, llevando incluso algunas pancartas con leyendas para hacerse escuchar por las autoridades.
El alcalde Pablo Cortés de la Cruz organizó una reunión en el auditorio del Ayuntamiento para escuchar a los inconformes y tratar de llegar a una solución pacífica.
A dicha reunión acudió el gerente de obra de la empresa Transportadora de Gas Natural de Zacatecas.
En su intervención, tanto el presidente municipal como el gerente de obra de la empresa señalada, les hicieron ver los beneficios que el gasoducto podría traer a Cosío.
Les explicaron que con la utilización del gas natural, varias empresas podrían instalarse en el municipio y con ello acarrear más empleos y por ende un desarrollo y crecimiento económico para el municipio.
Se les dijo que en Zacatecas no se cuenta con gas natural y que está interesado en su utilización precisamente por los beneficios que podría acarrear con el asentamiento de empresas que lo usan para su funcionamiento.
La línea del gasoducto parte desde la ciudad de Aguascalientes y su destino es el Parque Industrial de Calera, Zacatecas.
Por Cosío pasa a la par de la carretera 45 Norte, pero sus habitantes se niegan a su construcción por el riesgo que podría representar, señalando que temen por sus vidas ya que nadie les garantiza que no pudiera estallar algún día.
Incluso, los manifestantes le reclamaron al alcalde que hubiera otorgado los permisos municipales para la construcción de la obra sin antes haber consultado a los habitantes.
En este sentido, el gerente de obra les explicó que el gasoducto contaba con sensores que eran monitoreados desde una central para prevenir un desastre, detallándoles que el gas natural no era tan peligroso como el gas butano.
El presidente municipal fungió como el intermediario entre los habitantes y la empresa y al final de la reunión se acordó suspender la obra de construcción, al menos de momento.
También se acordó nombrar una comisión ciudadana, a la que la empresa le explicaría los beneficios del proyecto de construcción del gasoducto y le daría a conocer las medidas de prevención de desastres.
También se estudiaría la posibilidad de que la línea del gasoducto podría desviarse para que no pase por Cosío, aunque esto le costaría varios millones de pesos a la empresa de la obra.
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