FOTOS: Marcy Borders, de 28 años, buscaba refugio dentro de World Trade Center. (NEW YORK POST) (Photo: Stan Honda/AFP/Getty Images) 
Los ataques del 11 de septiembre cambiaron las vidas de miles de millones de personas -pero en pocos casos tanto como la de Marcy Borders. Poco después de los ataques al World Trade Center, Borders fue fotografiada cubierta por el polvo y las cenizas tras el colapso de las torres. La foto, tomada por Stan Honda, de la agencia noticiosa AFP, fue una de las imágenes icónicas de ese día.
Borders ha pasado muchas dificultades en los diez años transcurridos desde esa fecha. Ha tenido problemas de depresión y abuso de sustancias, así como pesadillas persistentes sobre el 11 de septiembre. Hace poco, habló con The New York Post sobre los altibajos que ha vivido durante la última década.
El 11 de septiembre del 2001, Borders había estado trabajando en su nuevo empleo en un banco durante apenas un mes. Cuando los aviones se impactaron contra el World Trade Center, Borders entró en pánico y dejó su escritorio en el piso 81 de la Torre Norte para salir a la calle y ver lo que estaba pasando.
Justo cuando salía del edificio, la Torre Sur se vino abajo, y Borders no podía ver casi nada. "No podía distinguir mi mano al ponerla frente a mi rostro. Sólo había silencio", recontó. Finalmente, alguien la llevó al vestíbulo de un edificio, donde un fotógrafo captó la penosa imagen de Borders rodeada de un espeso polvo amarillento. De acuerdo al diario británico The Telegraph, Borders conserva la ropa que traía puesta ese día, "aún sin lavar y cubierta del polvo de las Torres Gemelas".
En su plática con The New York Post, Borders detalla algunos de los problemas que ha enfrentado desde entonces: "mi vida comenzó a salirse de control. No pude completar un día de trabajo en casi diez años, y para el 2011 era un desastre total. Siempre que veía un avión, entraba en pánico. Si veía a un hombre en un edificio, estaba convencida de que me iba a disparar".
En abril, ingresó a un centro de rehabilitación, tras darse cuenta de que si seguía por el mismo camino moriría. Poco más de una semana después, se enteró de que fuerzas estadounidenses habían matado a Osama bin Laden. La noticia, junto con su nuevo estilo de vida sobrio y libre de sustancias, fue de gran ayuda para poder acallar sus demonios internos. "Solía pasar noches en vela por su culpa, tenía pesadillas en las que bin Laden bombardeaba mi casa, pero ahora tengo paz mental".
Los ataques del 11 de septiembre cambiaron las vidas de miles de millones de personas -pero en pocos casos tanto como la de Marcy Borders. Poco después de los ataques al World Trade Center, Borders fue fotografiada cubierta por el polvo y las cenizas tras el colapso de las torres. La foto, tomada por Stan Honda, de la agencia noticiosa AFP, fue una de las imágenes icónicas de ese día.
Borders ha pasado muchas dificultades en los diez años transcurridos desde esa fecha. Ha tenido problemas de depresión y abuso de sustancias, así como pesadillas persistentes sobre el 11 de septiembre. Hace poco, habló con The New York Post sobre los altibajos que ha vivido durante la última década.
El 11 de septiembre del 2001, Borders había estado trabajando en su nuevo empleo en un banco durante apenas un mes. Cuando los aviones se impactaron contra el World Trade Center, Borders entró en pánico y dejó su escritorio en el piso 81 de la Torre Norte para salir a la calle y ver lo que estaba pasando.Justo cuando salía del edificio, la Torre Sur se vino abajo, y Borders no podía ver casi nada. "No podía distinguir mi mano al ponerla frente a mi rostro. Sólo había silencio", recontó. Finalmente, alguien la llevó al vestíbulo de un edificio, donde un fotógrafo captó la penosa imagen de Borders rodeada de un espeso polvo amarillento. De acuerdo al diario británico The Telegraph, Borders conserva la ropa que traía puesta ese día, "aún sin lavar y cubierta del polvo de las Torres Gemelas".
En su plática con The New York Post, Borders detalla algunos de los problemas que ha enfrentado desde entonces: "mi vida comenzó a salirse de control. No pude completar un día de trabajo en casi diez años, y para el 2011 era un desastre total. Siempre que veía un avión, entraba en pánico. Si veía a un hombre en un edificio, estaba convencida de que me iba a disparar".
En abril, ingresó a un centro de rehabilitación, tras darse cuenta de que si seguía por el mismo camino moriría. Poco más de una semana después, se enteró de que fuerzas estadounidenses habían matado a Osama bin Laden. La noticia, junto con su nuevo estilo de vida sobrio y libre de sustancias, fue de gran ayuda para poder acallar sus demonios internos. "Solía pasar noches en vela por su culpa, tenía pesadillas en las que bin Laden bombardeaba mi casa, pero ahora tengo paz mental".
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