11 de diciembre de 2014

¡El ejecutado en Jesús María tenía 2 días de haber llegado a Aguascalientes!

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JESUS MARIA, AGS.- El hombre que fue ejecutado a balazos frente a su madre y sus hijas de 15 y 2 años de edad, tenía dos días de haber llegado a Aguascalientes procedente del Estado de México.

Los dos sicarios que acabaron con su vida lo estuvieron "cazando" al salir de su casa en territorio de Jesús María.
La víctima viajaba en una camioneta y los ejecutores en una motocicleta, en la que lo interceptaron y le dispararon para forzarlo a detener su marcha y cuando lo hizo porque chocó contra un poste, lo remataron pese a que su hija los encaró y les exigía que no le dispararan.

Logrado el objetivo, los sicarios huyeron en la "jaca de acero", aunque luego la dejaron abandonada en la antigua Línea de Fuego, donde fue localizada y asegurada por las autoridades.
La mamá del fallecido y su hija adolescente fueron internadas posteriormente en un hospital privado del sur de la ciudad, conociéndose que la quinceañera presentaba una lesión por una esquirla de bala en el muslo izquierdo.
El ejecutado respondió al nombre de Norberto Valencia Cuevas, contaba con 37 años de edad, residía en el Estado de México, donde tenía varios lotes de autos y además trabajaba en una Central de Abastos, aunque su familia habitaba en esta entidad, concretamente en el fraccionamiento Rincón Andaluz, en Jesús María.
El homicidio ocurrió el pasado miércoles 10 de diciembre, alrededor de las 12:10 horas, sobre la avenida Eugenio Garza Sada, casi esquina con la avenida La Querencia.
Norberto llegó a esta capital apenas el lunes 8, al parecer para pasar las fiestas decembrinas con su familia, sin imaginar que prácticamente tenía los días contados.
El miércoles salió del domicilio en Rincón Andaluz al volante de una camioneta Chevrolet Traverse, color blanco, de modelo reciente y sin placas de circulación, acompañado de sus hijas, la de 15 años que viajaba como copiloto y la de 2 años de edad, que iba en el asiento posterior con su abuela Jesusa Cuevas, madre de Norberto.
Tras abandonar el fraccionamiento, Norberto tomó la avenida Eugenio Garza Sada en dirección de norte a sur, sin percatarse que comenzó a ser seguido por los dos sicarios, que iban en una motocicleta Italika, en colores negro y rojo, de 180 centímetros cúbicos y sin placa de circulación.
Los dos tipos vestían chamarras en color negro.
Tras haber recorrido algunos metros, llegaron al cruce con la avenida La Querencia, donde Norberto disminuyó su velocidad por indicaciones del semáforo y justo en esos momentos se le emparejaron los motociclistas.
El que viajaba en la parte posterior comenzó a dispararle con una pistola calibre .380, impactando en varias ocasiones el parabrisas, por lo que Norberto arrancó para tratar de ponerse a salvo y proteger a su familia.
No obstante, metros adelante, al ser alcanzado por los proyectiles, perdió el control de la camioneta hacia el lado izquierdo y se subió parcialmente al camellón central, donde impactó y derribó un poste de alumbrado público, que quedó atravesado sobre los carriles sur-norte de la avenida Eugenio Garza Sada.
Luego de lo anterior, los dos sicarios bajaron de la moto y se aproximaron a la camioneta para rematar a Norberto, y cuando lo hacían, su hija de 15 años descendió de la unidad y los encaró para gritarles que ya no le dispararan a su papá.
Finalmente, los tipos abordaron la motocicleta y huyeron por la misma avenida hacia el sur, mientras que la adolescente pedía ayuda y su abuela bajaba de la camioneta con la niña de 2 años en brazos, refugiándose en una lavandería cercana.
Norberto quedó muerto sobre el asiento del chofer.
Varias personas fueron testigos de la ejecución y la reportaron a las autoridades, trasladándose al lugar policías preventivos de Jesús María y Aguascalientes, estatales y federales, así como ministeriales, que acordonaron la zona.
También llegaron paramédicos municipales y del ISSEA, que brindaron los primeros auxilios a los familiares del occiso ya que presentaban crisis nerviosa, por lo que horas más tarde fueron hospitalizadas.
Poco después arribaron también efectivos del Ejército Mexicano.
En el parabrisas de la camioneta se apreciaron 8 impactos de bala y uno más en la lámina del toldo, y sobre la avenida se localizaron seis casquillos percutidos calibre .380.
El Ministerio Público acudió a dar fe de los hechos y elementos de Servicios Periciales se encargaron del levantamiento de los indicios.
Al conocerse las características de los sicarios y de la moto en que viajaban, se desplegó un operativo en su búsqueda y poco después se logró conocer que la "jaca de acero" la habían dejado abandonada en la antigua Línea de Fuego, en un predio entre las calles Balero y Bicicletas.
Las autoridades ministeriales se trasladaron a este punto y la aseguraron, mientras que el cadáver del ejecutado, a bordo de la camioneta y ésta en una grúa, era llevado a la Dirección de Servicios Periciales para la práctica de la autopsia.

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