18 de abril de 2014

Malas actitudes de funcionarios manchan más la imagen de la CEDH

EL CLARINETE

Aguascalientes, Ags.- Auténticamente como todo un burócrata vive el Ombudsman en la entidad, la palabra de “jefe” bien que la sabe aprovechar en toda la extensión de la palabra.
Si bien su cargo le permite a Jesús Eduardo Martín Jáuregui llegar a la hora que le plazca a las instalaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, es de todos conocido que antes de arribar a su oficina que cuando lo hace usualmente es después de las 11:00 horas, total no tiene que checar.

El nuevo responsable de esa institución le gusta literalmente placearse y acudir a platicar con sus amigos a cafés y restaurantes del centro de esta capital antes de hacerse presente en sus instalaciones.
El problema es que a veces tiene que firmar documentos para iniciar ciertos procedimientos administrativos o de otra índole pero como “El Jefe” no está sus subordinados lo tienen que esperar a ver sí llega o sí no aguardarlo hasta el día siguiente.
Además de que se carga un genio de los mil diablos y les ponen unas cagotizas cuando encuentra a alguien comiendo en la oficina, como él si puede salir y entrar a la hora que quiera para irse al restaurante, los demás no gozan de esa canonjía.
Pero no es el único que tiene “buenos modales” porque a la encargada bisoña Jefa de Prensa, Dorika Landín Olivares también tiene lo suyo.
Además de desconocer totalmente la función por la que le pagan y creer que va a “innovar” invitando a los reporteros a eventos donde no concede su jefe ni sus invitados entrevistas, se le olvida la inmediatez de los medios electrónicos que desde hace décadas existen y no solo el internet, porque le da por mandar boletines de un evento sucedido hasta tres días antes.
Y como a Dorika también tiene aires de grandeza le gusta tronarle los dedos a sus canchanchanes cuando algo no le gusta.
De la logística mejor ni hablamos porque para ella la palabra “organización” está escrita en arameo.

Muy mal por estos burócratas que tendrán que ponerse las pilas para que se note en realidad que sí hubo cambio de actitud y no solo de nombres, porque lo que es ahora lamentablemente para los aguascalentenses la CEDH sigue siendo un elefante blanco que no defiende a los ciudadanos de sus autoridades.

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