17 de enero de 2013

Chacal: mató a golpes a su hijastra

La mamá de la menor encubría a "su hombre"
Se ensañaba con la pequeña cada vez que podía porque le tenía odio
 
AGUASCALIENTES, AGS.- Desquiciado sujeto asesinó a golpes a su hijastra de solamente un año 8 meses de edad, a la que le tenía odio y se ensañaba con ella cada vez que podía ante la complacencia de su concubina, madre de la infante, que descaradamente trató de encubrirlo.
La mató tras darle un botellazo en la cabeza, tras de lo cual los concubinos trataron de inventar que se había caído de la cama, pero la verdad salió a relucir y ambos fueron detenidos y puestos tras las rejas.
El despiadado sujeto confesó que nunca le cayó bien la niña, ya que al verla le daba coraje y le causaba repudio, principalmente cuando lloraba, por lo que la jalaba de los cabellos y le daba golpes en la cara con una almohada y la mano cerrada, señalando que su concubina lo observaba y nunca le dijo nada.
El presunto asesino dijo llamarse Martín López Montiel, de 22 años y originario de San Felipe del Progreso, Estado de México, mientras que su encubridora concubina se identificó como Mónica Citlali Ortiz González, de 18 años.
A ella le importaba más "su hombre" que cuidar a su propia hija, lo que finalmente le terminó por costar su corta existencia.
Martín se dedicaba a la venta de productos de limpieza en las calles y en varias ocasiones vino a Aguascalientes, por lo que aquí conoció a Mónica Citlali.
Hacía 10 meses iniciaron una relación sentimental, pese a que ella tenía una hija, a la que Martín no quería y cada vez que quería la golpeaba, sin que Mónica nunca le reclamara nada.
Ambos habitaban en un cuarto de hotel en la calle Juárez de la zona centro de la capital y mientras vendían sus productos en la calle, la niña les era cuidada por una joven.
El pasado lunes 14 de enero, a las 7 de la noche, ambos regresaron al hotel y la joven les entregó a la niña, que se encontraba dormida y en perfectas condiciones y luego se retiró.
Mónica Citlali observó que había muchas personas en la calle, por lo que decidió regresar a vender los artículos de limpieza, indicándole Martín que él se quedaría a cuidar a la niña.
Ella lo dejó a solas con su hija a sabiendas de que no la quería y que la golpeaba frecuentemente.
Instantes después, la niña despertó y al no ver a su mamá comenzó a llorar, lo que desesperó a Martín, que tomó una almohada y con ella le pegó en la cara y enseguida aventó a la niña hacia la cama.
Esto provocó que la infante llorara aún más, por lo que el sujeto perdió totalmente el control de sí.
Sobre una mesa vio una botella con agua, de un litro, la cual tomó y se la aventó a la pequeñita, golpeándola en la cabeza.
De hecho, la cabeza de la niña rebotó contra la pared, tras de lo cual perdió el conocimiento.
Al ver que la niña no respondía, Martín se asustó y le mojó la cara para tratar de hacerla reaccionar, pero no lo logró.
Entonces, la cargó y llevó a la azotea del hotel, creyendo que al darle aire iba a reaccionar, pero lo que ocasionó fue que volviera el estómago.
Tras lo anterior, la llevó de regreso al cuarto y después fue a buscar a su pareja, confesándole que le había pegado a la niña porque no dejaba de llorar.
De manera increíble, Mónica le dijo que no se preocupara y que llevaran a la niña al Hospital General de Pabellón de Arteaga, ya que ahí, según ella, no se darían cuenta de lo que había pasado y si les preguntaban algo dirían que la menor se cayó de la cama.
Los concubinos abordaron un taxi y le pidieron al chofer que los llevara al nosocomio pabellonense, dándose cuenta en el camino que la infante no respondía y respiraba con dificultad.
Al arribar al hospital, vieron a mucha gente formada esperando ser atendida, por lo que le indicaron al taxista que mejor los llevara al Centro de Salud de San Francisco de los Romo y éste así lo hizo.
Lamentablemente cuando llegaron a este lugar la niña ya había fallecido.
El personal médico reportó el deceso a la Policía Ministerial y al lugar acudieron el Ministerio Público, agentes del grupo Homicidios y elementos de Servicios Periciales para iniciar las investigaciones, ya que fueron enterados que los concubinos que llevaron a la niña estaban muy nerviosos.
Al platicar con Mónica Citlali, les dijo que su hija se había caído de la cama y se golpeó en su cabecita, por lo que se puso mal de salud y la llevaron a recibir atención, pero finalmente murió, indicándoles que a la joven que la cuidaba fue a la que se le cayó mientras ella y su concubino vendían sus productos en la calle.
Enseguida los investigadores interrogaron a Martín, que terminó confesando que él la asesinó al golpearla en la cabeza con una botella, además de que en otras ocasiones le había pegado con una almohada y con la mano, señalando que su pareja lo veía pero no le decía nada.
En base a lo anterior, los dos concubinos fueron detenidos y puestos a disposición del AMP a fin de que respondieran por el artero asesinato de la inocente criatura.

1 comentario :

  1. Pinches perros desgraciados pudranse en la carcel culeros

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